José María Dolls Abellán, más conocido como José María Manzanares, padre del actual Manzanares, fue uno de los diestros que más pasiones levantó entre el sector femenino durante su época en activo. Era la combinación perfecta, pues además de atractivo era uno de los diestros más puros y afamados del escalafón. Ésto, que aparentemente sólo podía generarle satisfacciones, terminó por cosecharle algún serio disgusto. Lean con atención la siguiente anécdota.
Manzanares se encontraba con “El Ecijano”, banderillero de su cuadrilla, en el hall del Hotel Intercontinental de Medellín (Colombia). Hasta ellos se acercaron dos atractivas señoritas que les invitaron a acudir a una discoteca cercana. Ellos accedieron, desconociendo que una de ellas era la novia de un capo de la mafia local al que pretendía poner celoso.
Mientras se encontraban en el local, el capo hizo su aparición, y pistola en mano, no dudó en disparar a los que allí se encontraban. Manzanares, presa del pánico, se refugió en la cabina del disc-jockey, mientras que “El Ecijano”, que logró huir, volvió hasta el hotel para pedir ayuda. En el Intercontinental también se encontraba alojado el matador de toros albaceteño Dámaso González, que no dudó en alertar a los miembros de seguridad del propio hotel y a la policía, que finalmente consiguieron reducir al celoso capo.
Manzanares y “El Ecijano” consiguieron volver al hotel sanos y salvos, aunque seguramente desde aquel día se pensaron mucho aceptar las invitaciones de señoritas atractivas y desconocidas.